Ahí las cosas se tornaron violentas, los paramilitares enfurecidos empezaron a rodear la parroquia Santiago, reforzamos las puertas con la bancas de la misma iglesia, con mazos y macanas empezaron a forzar las puertas, los padre muy sensatos nos pidieron que entráramos a la casa cural.
Desde ahí solo se escuchaba que decían palabras en contra de todos los que estábamos en la iglesia y en contra de los sacerdotes. Cada golpe en la puerta era un golpe en el corazón de los que estábamos adentro, cuando escuchamos que entraron, los padres nos pidieron que huyéramos al ático. Que nos escondiéramos bajo las capas de Santiago, porque ellos iban a hablar.
En ese momento, ellos bajaron y ahí solo escuchamos cómo destruían la iglesia y la saqueaban, cuando al fin suben por al ático, por el lado de la virgen milagrosa, empiezan a buscar y en ese momento empezamos a orar y encomendarnos a Dios, de repente el milagro se da y quedan a un metro de nosotros y solo escuchamos decir “aquí no hay nadie”, dieron la vuelta y bajaron. Sentimos que volvimos a nacer después de que destruyeron la iglesia. A la hora llegó la policía a esperar que reforzaran las cerraduras.
n ese momento, los paramilitares salieron en su caravana de “La Paz ". Al momento que los paramilitares salieron y la policía estaba ahí, tomamos la decisión de salir con los dos heridos y las otras 5 personas más. Salimos de 2 en 2.
Los milagros sí existen y la parroquia Santiago fue el lugar donde se dio la protección de 7 almas.