Luna recuerda a Luis Acevedo como un hombre entregado a Dios, buen padre, buen esposo, pero sobre todo apasionado por las almas, pues uno de sus principales objetivos era hablar sobre Cristo y presentar la salvación a los jóvenes.
“Un hombre muy activo en la palabra de Dios, un hombre entregado a la palabra de Dios, un gran padre, un gran esposo, pero sobre todas las cosas un excelente ser humano, gozaba de ayudar al ser humano, su objetivo principal era el amor a las almas”, indicó Luna.
Ella mencionó que siempre le hace saber a sus hijos que su padre está presente en sus corazones.
"Estos 2 años han sido muy difíciles, pero asegura que lo más duro es la ausencia de un padre para sus hijos, “ha sido difícil de sobrellevar, explicarles a mis hijos que aunque su padre no esté, siempre va a estar en su corazón”, dijo, Luna quien tenía seis años de casada con acevedo.
"Cuando yo lo conocí él ya predicaba, fue en la iglesia que nos conocimos, pues él ya tenía conocimiento de la palabra”, expresó Rebeca.
Era un predicador
El joven predicaba desde los doce años y pertenecía a la Iglesia la Roca de Jinotepe.
“Los sueños de Luis, sobre todas las cosas, era ser un hombre de Dios, más de lo que era, siempre esperaba alcanzar las almas para Cristo”, agregó.
Acevedo, además servía como traductor de misioneros y pastores de otros países, murió alrededor de las nueve de la mañana producto de seis impactos de bala que recibió en el hombro, brazo y abdomen el fatídico 8 de julio del 2018, en la llamada Operación Limpieza, la cual pretendía quitar los tranques que se encontraban en diferentes puntos de Carazo a raíz de la protestas que iniciaron el 18 de abril del mismo año, como un medio de descontento de la población en contra de la gestión y el gobierno de Ortega.
Él salió a entregar una botella con agua, Luna desconoce a quien, porque ella estaba dentro de la casa. Se dieron cuenta al escuchar las detonaciones, hasta que lo vieron cerca de la puerta de su hogar yaciente en el suelo sin vida.
Luis Acevedo está presente no solo en la memoria, donde se encuentran guardados los recuerdos que sus familiares y amigos atesoran, como el regalo más invaluable, sino en el corazón de los Jinotepinos.