No hay fecha exacta de cuándo inició esta tradición, aunque antiguos escritos sugieren que pudo haber sido en 1929-1931.
De antaño sólo se realizaban alboradas, la primera vela, cuando el santo y la demanda acampó toda la noche, fue en el barrio Los Esteban, del Bosque, un siglo atrás, siendo
Los anfitriones mis bisabuelos, Carmela Campos y el patriarca de la familia, don Policarpo Esteban.
La primera mujer que se integró a la demanda fue doña Teresa Navarrete, que hasta que no pudo caminar dejó de acompañarlo.
Los uniformes militares, botas, cantimploras y otros pertrechos se hicieron famosos después del 90, cuando chavalos desmovilizados del SMP pagaron sus promesas al santo.
Era obvio que antes, siendo la vida más holgada, los promesantes mataban reses, gallinas, chompipes y otras aves de corral.
Era la abundancia y los demandantes eran alimentados con leche de vaca y cuajadas puras.
Pupa, que murió años atrás en Jinotepe, fue el primero que le dio la cadencia al alabado conteniendo la respiración y aunque lo han intentado imitar, no ha nacido otro con semejante virtud.
Santiago, la imagen del caballito, es independiente del caballo que jinetea, es decir, que, se puede quitar y montar de nuevo en el precioso corcel.
Todo es de madera pura, muy extraña, porque es de color negro, la misma madera con la que fue construida la imagen grande. Cuando retocan al chiquito lo hacen por separados.
El maestro, Reynaldo Zúniga, padre e hijo, fueron, hasta que murieron los encargados de retocar la imagen pequeña y la de bulto.
La espada que porta el santo es de oro puro, también el apero del caballo que llevan oro y plata.
La mayor parte de las capitas han sido elaboradas a mano, algunas bordadas con hilo tipo oro.
En los 80, a Chaguito, le pusieron charros mexicanos, pero los devotos y tradicionalistas protestaron y no los volvió a usar.
Si hay una alborada, o vela y los anfitriones no consienten a los priostes, estos levantan al santo y salen del hogar.
Lo mismo pasa si hay alcohol, borrachos y pleitos. Solo el prioste mayor al tocar el silbato, es el único autorizado para levantar al santo.
Cada vez que viene el peligro, la imagen sacude la espada, dicen los que han presenciado el milagro.
La última vez que pasó esto fue cuando el santo fue secuestrado hace ya 25 años y llevado a Managua. La policía iba a caer en la casa donde estaba el santo, este movió la espada y lo cambiaron de lugar. Cuando llegó la autoridad no encontró a nadie.
Es costumbre de la demanda visitar los cementerios donde están enterrados devotos del santo y los que formaron parte del cabildo.
A pesar de que existen imágenes similares, la original no ha sido igualada y tampoco comparada las multitudes que mueve.
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