Cuando la noche estaba en todo su esplendor, cerca de las 9, los pobladores empezaron a escuchar unos gritos que no sabían de dónde provenían, pero que los pusieron inquietos a todos.
Lo primero que identificaron era que los gritos eran de un niño, por lo que algunos vecinos se dispusieron a buscar quién era el que estaba en problemas.
La búsqueda la hicieron guiados por los gritos y lograron llegar hasta donde hay un cultivo de frijoles, donde encontraron algo que no se hubiesen imaginado: ahí estaba un pequeño de 9 años, con sus manos atadas a un árbol.
Lo castigaron por rebelde
Según las averiguaciones, su padre biológico aplicó este cruel castigo al menor, para sancionarlo por su rebeldía.
Este caso se dio en la comunidad El Aguacate, ubicada a 4 kilómetros de San Juan de La Sierra, Diriamba.
Ante el hallazgo, los vecinos mostraron su desaprobación ante la decisión que tomó el hombre que se desempeña como guarda de seguridad en Managua. Al inicio, cuando Stereo Romance recibió la información, se afirmaba que Aníbal José Díaz Espinoza, de 38 años, también maltrataba a la mamá del pequeño.
Sin embargo, luego de las indagaciones pertinentes se estableció que esta información no era verídica, según lo que reportaron algunos habitantes del sector.
Asimismo, se conoció que los vecino lograron grabar el estado en que encontraron al niño, para dejar evidencia antes los medios de comunicación y la Policía Nacional, para que investigue a profundidad el maltrato que recibe el menor desde hace varios meses, como una forma de castigo para “educarlo”.
Entre lágrimas, la abuela paterna del niño dijo que desconocía la actitud extrema que utiliza su hijo contra su nieto.
