Según dijo Sandoval a Stereo Romance, cuando llegó a la parada de buses ubicada frente al mercado de Diriamba, un hombre bien parecido, alto, blanco y de ojos verdes, la llamó para hacerle una propuesta inusual.
Leer más:Arepas, la historia de una familia que llegó a Carazo huyendo de la crisis venezolana
“Este señor me llama y me dice que quiere hacer un pedido de 100 arepas para un cumpleaños de una niña de 12 años. Me dijo que vive en San Gregorio, en una casa de dos niveles. Yo no conozco San Gregorio y lo que hice fue darle la dirección de mi casa y el número de mi hermano. El señor me dijo que se llama Juan Carlos Pineda”, compartió Sandoval.
El hombre se dirigió a la casa de los nicas venezolanos que venden arepas, entró con mucha amabilidad, se sentó y conversó con Róger Sandoval, el chef, y con la mamá de Claudia. A ellos también les dijo que quería 100 arepas y otros platillos para el cumpleaños que sería este sábado.
“Róger agarra el carro y va con él a Diriamba, a comprar las cosas, se parquearon en La Colonia y ahí el hombre le dice a mi hermano, préstame tu teléfono para sacar la cuenta de las papas y las zanahorias para la ensalada. Viendo que pasaban 5 o 10 minutos y el hombre no regresó mi hermano estaba preocupado, yo llegué vendiendo comida y lo veo preocupado y resulta ser que lo robaron, el hombre le robó el teléfono”, apuntó Sandoval.
Él hombre se cruzó al mercado, Róger lo vio frente al supermercado La Colonia, luego subió las escaleras para entrar al mercado y ahí se desapareció. “Nos metimos al mercado y no lo encontramos. Me dio el número 57057953, lo llamé pero ahí contesta una señora”, dijo Claudia Sandoval.
Llama a los vendedores ambulantes a que tengan cuidado
Asimismo, la mujer que se gana la vida recorriendo a diario varios puntos de Diriamba y Jinotepe para vender sus arepas , asegura que está muy preocupada porque ese hombre estuvo en su casa.
Leer más:Pobladores frustran robo que dos jóvenes identificados como JS pretendían cometer en Jinotepe
“Yo quería exponer el caso para que todos los vendedores que están en las calles, como mi persona, tengan mucho cuidado. Yo fui inocente, porque no ando con maldad, mi familia no queremos nada malo, ni en Diriamba, ni en Jinotepe ni en ninguna parte”, apuntó .
“Es penosa la situación que está pasando en Nicaragua. No era un hombre humilde, era un hombre bien, se quitó la mascarilla en mi casa, mi mamá lo vio y mi hermano, era recio, le calculo como 40 años”, concluyó “La chama de las arepas”.