Baltodano, a diario llega temprano al mercado para que el dueño de los perecederos le haga entrega de los productos que comercializará en la jornada, que puede extenderse hasta la tarde, si las ventas no están buenas.
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Baltodano, inicia la faena desde tempranas horas en el mercado de Diriamba/Foto Letzira Sevilla
Sus pregones son originales y tiene el “don” de persuadir a los compradores, porque asegura que vende motivado por el deseo de salir adelante.
Baltodano es originario del barrio “Cepad”, en Diriamba, y cuenta que desde niño ha estado familiarizado con la vida en el mercado, porque su mamá tiene un negocio de venta de comidas en dicho centro de compras.
Enrique Baltodano es graduado de Marketing y Publicidad, pero lamentablemente carece de un trabajo formal/Vídeo Elba Ileana Molina
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Inició sus estudios de Marketin y Publicidad en la Universidad Central de Nicaragua, UCEN, sede Jinotepe, con la ilusión de superarse y cambiar su situación socioeconómica, no obstante, llegó un momento en el que no tenía para costear sus estudios, por lo que decidió “fajarse” a vender bolsas de tomates, chiltomas y cebollas.
Tiene esperanzas de obtener un empleo
“Lo más duro que me ha tocado vivir es que yo quería tener una carrera, pero no tenía con qué pagar, me ha costado, pero con mucho esfuerzo logré terminar mis estudios. Ahora está difícil conseguir trabajo, lo he intentado con conectes pero está duro, ahora peor con esta crisis del coronavirus”, dijo Baltodano.
Baltodano ofreciendo sus productos
Este joven siempre cuida su presentación, sale a vender con su camisa manga larga, y ante la alerta por la pandemia del coronavirus está tomando sus precauciones: usa mascarilla y sus guantes.
Asimismo, compartió con Stereo Romance que las ventas están muy bajas, porque hay poca gente en el mercado, sin embargo, él no se desanima y siempre está presto para ofrecer los productos frescos.
“No pierdo la esperanza de encontrar un trabajo”, concluyó Enrique Baltodano.