Toda la noche, la madre no escuchó llorar a la niña, por lo que creyó que estaba profundamente dormida como en otras ocasiones, pero después observó que estaba moradita y no respiraba.
Alertadas de lo ocurrido, agentes policiales llegaron a la vivienda, determinando junto a un forense que el deceso se debió a una broncoaspiración, provocada por los fluidos de leche con que había sido alimentada.