La región de Capadocia en Turquía es famosa por su impresionante paisaje, con laderas de tonos rosados y amarillos que crean formaciones rocosas únicas en forma de chimenea. Esta área ha sido durante mucho tiempo conocida por su belleza natural y por la experiencia única de sobrevolarla en globo aerostático.
Descubriendo el tesoro subterráneo de la Capadocia
Denominada antiguamente como Melengübü, la ciudad subterránea de Derinkuyu se encuentra a más de 85 metros de profundidad y cuenta con 20 niveles. Esta asombrosa creación es la ciudad subterránea más grande del mundo y se estima que pudo haber albergado a hasta 20.000 personas. Aunque la fecha exacta de su construcción sigue siendo un misterio, las referencias históricas sugieren que la ciudad podría haber existido desde al menos el año 370 a.C., como lo menciona Jenofonte de Atenas en su obra Anabasis.
Derinkuyu fue un refugio en épocas de peligro
La ciudad subterránea de Derinkuyu no solo era un logro arquitectónico, sino también un refugio esencial para las poblaciones locales ante las constantes invasiones y ataques que sufrió la región a lo largo de los siglos. Esta ciudad subterránea proporcionaba un lugar seguro donde la comunidad podía refugiarse durante meses, protegidos de los peligros del mundo exterior. Se cree que se abandonó definitivamente en la década de 1920, pero su existencia pasó desapercibida hasta que un evento casual en 1963 reveló su presencia al mundo.
El descubrimiento de Derinkuyu o Melengübü
El descubrimiento de la ciudad subterránea de Derinkuyu fue pura casualidad. Mientras un lugareño anónimo estaba renovando su casa, notó que sus gallinas desaparecían a través de una pequeña grieta en el suelo. Tras una investigación más detallada, descubrió un pasadizo oscuro que conducía a una ciudad subterránea intrincadamente construida. Esta pequeña grieta se convirtió en la primera de las más de 600 entradas encontradas en casas particulares que conectaban con la ciudad subterránea. El hallazgo fue compartido con el mundo y se abrió la puerta a la exploración y el estudio de esta asombrosa construcción.
Una civilización bajo el suelo de Turquía
La exploración de Derinkuyu reveló una civilización secreta que se desarrolló bajo tierra. La ciudad contaba con una variedad de servicios y espacios, incluidas viviendas subterráneas, áreas de almacenamiento de alimentos, establos para el ganado, escuelas, bodegas e incluso una capilla. Se cree que esta ciudad subterránea era un lugar multifuncional donde la comunidad podía vivir, trabajar y adorar en un entorno seguro y oculto.
Derinkuyu: Patrimonio mundial y atracción turística
La magnitud y la importancia histórica de Derinkuyu llevaron a su inclusión en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Desde que fue abierta al público en 1985, la ciudad subterránea se ha convertido en una de las atracciones turísticas más importantes de la región de Capadocia. Cada año, miles de visitantes llegan a Derinkuyu para maravillarse con su arquitectura única y sumergirse en la historia que yace bajo tierra. El acceso a esta maravilla subterránea tiene un costo muy accesible, alrededor de 60 liras turcas (unos 3 €), lo que la convierte en una experiencia imperdible para los viajeros.
Un laberinto subterráneo
Derinkuyu no está sola en su misterio. La región de Capadocia alberga al menos 200 ciudades subterráneas, muchas de las cuales están conectadas entre sí a través de túneles excavados. Estas ciudades subterráneas se extienden por un área de 445 kilómetros cuadrados y forman una red intrincada que refleja la necesidad histórica de protección y refugio en una región que experimentó numerosas invasiones y conflictos.
Hoy en día, esta maravilla arquitectónica sigue cautivando a los viajeros y a los amantes de la historia, ofreciendo una visión fascinante de la vida en el pasado y la capacidad humana de adaptarse y sobrevivir en circunstancias desafiantes.
¿Merece la pena visitar la ciudad subterránea de Derinkuyu?
Explorar la ciudad subterránea de Derinkuyu en Capadocia es como descubrir un portal a un mundo perdido bajo tierra. Al adentrarse en sus intrincados pasadizos y espacios ocultos, se despierta una conexión profunda con una civilización que desafió los peligros de su tiempo al construir este asombroso refugio subterráneo. Cada rincón cuenta la historia silenciosa de la adaptación humana en medio de la adversidad, y la frescura que fluye en el aire evoca una sensación única de estar en un lugar que ha presenciado siglos de historia oculta.
Derinkuyu es más que una atracción turística; es una experiencia de inmersión en la resiliencia y la creatividad de nuestros antepasados, una oportunidad para tocar el pasado enterrado y sentir cómo late en los corazones de aquellos que lo descubren. Su inclusión en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO le otorga un aura de autenticidad y valor cultural, haciendo que una visita a este mundo subterráneo sea una travesía en el tiempo que nunca olvidarás.