El 16 de julio de 1251, la imagen sorprendió con su sobrenatural aparición a San Simón Stock, superior de la orden carmelita, a quien le entregó sus hábitos y escapulario, símbolo principal no solo de la liturgia mariano carmelita, sino de salvación y libertad. Pues de acuerdo con las creencias ella prometió librar del purgatorio, de la tormentosa vida en las llamas del infierno a las almas que hayan vestido su escapulario. Un relato de convicción religiosa reconocida en 1587 por el Papa.
Sor Lucía, una de las videntes de la Virgen de Fátima que luego se haría religiosa carmelita, reveló que la Virgen del Carmen estuvo en la aparición ocurrida en Portugal el 13 de octubre de 1917, revelando así que “el escapulario y el rosario son inseparables”. El 11 de febrero de 1950, el Papa Pío XII animó a “colocar en primer lugar, entre las devociones marianas, el escapulario que está al alcance de todos”.
El fervor hacia la Virgen del Carmen fue regada con las aguas de la fe, dando como resultado el florecimiento de la tradición en varios lugares del mundo en el transcurso del tiempo.
Por otro lado, la festividad en honor a la virgen, también es un recuerdo del trabajo del profeta de fuego, como es reconocido el anunciante de Dios, Elias, quien en el Monte Carmelo que en hebreo significa jardín defendió la fe del pueblo contra los paganos, demostrando la omnipotencia del “Gran yo soy” Jehová.
La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, que se celebra cada 16 de julio, es además símbolo del encuentro entre la Antigua y la Nueva Alianza porque fue en el monte Carmelo (que en vocablo hebreo significa jardín) donde el profeta Elías defendió la esperanza del pueblo escogido contra los paganos. Él conjuntamente a su discípulo Eliseo, estuvieron en profunda conexión con el altísimo en el Monte Carmelo.
San bartolo, inspirado en el ejemplo de los hombres Dios antes mencionado, a mediados del siglo XII de nuestra era, instituyó la Orden del Carmelo y varios sacerdotes latinos fueron a vivir al Carmelo como eremitas. En 1205 San Alberto, patriarca de Jerusalén, adjudicó a los miembros de la orden el vivir en la forma de Elías y de María Santísima, a quien veneraban como la Virgen del Carmen. Iniciativa aprobada por el Papa Honorio III en 1226.
Por su parte, el Papa Inocencio IV En el Siglo XIII, concedió a los carmelitas el privilegio de ser incluidos entre las órdenes junto con los franciscanos y dominicos.
En España, Puerto Rico y Costa Rica es patrona del mar, también es patrona de la Armada Española. Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y de los Carabineros; es patrona de la Policía Nacional, del Ejército Nacional, de los marineros y de los conductores en Colombia; en Bolivia es la Patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas; en el Perú es “Patrona del criollismo" y "Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Lima" y en Venezuela es patrona del Ejército y los conductores. Además, fue patrona del Ejército de los Andes que, liderado por el general José de San Martín, gestó la independencia de Argentina, Chile y Perú.