“La política del presidente Trump constituye un contratiempo en las relaciones bilaterales. El lenguaje de la Guerra Fría prevaleció en la ceremonia a la que asistieron notorios terroristas. Las medidas anunciadas no sirven a los propósitos anunciados. Por lo contrario impondrán restricciones a las libertades de los ciudadanos, costarán más dinero a los contribuyentes, reducirá las oportunidades de competencia de las compañías y empresarios estadounidenses. Y costará la perdida de ganancias y trabajos”, indicó Rodríguez.
El presidente Trump anunció el viernes la reversión en la normalización de relaciones iniciada por el presidente Barack Obama en diciembre de 2014. El mandatario censuró los antecedentes de derechos humanos de Cuba, incluyendo su rechazo a liberar a prisioneros políticos y por continuar dando refugio a fugitivos estadounidenses.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, defendió la nueva política del presidente Trump hacia Cuba.
“Lo primero que hizo el presidente es establecer el trabajo preparatorio para empoderar el pueblo cubano para que desarrolle mayores libertades políticas y económicas. Eso estuvo en el corazón de lo que hizo. Fue una promesa hecha durante la campaña. Y pienso que en lugar de empoderar a las fuerzas armadas cubanas y su capacidad de controlar el dinero que llega, que no llega al pueblo, las acciones que el presidente tomó el viernes van a ayudar a empoderar al pueblo”.
El lunes Moody´s Investor Service divulgó un informe que dice que la nueva política de EE.UU. hacia Cuba será negativa para la isla nación caribeña de gobierno comunista, en un momento en que La Habana está sufriendo problemas de liquidez debidos, en parte, a la crisis económica en Venezuela.
VOA
