Las víctimas respondían a los nombres de Gregoria Quintanilla, una anciana de 80 años, y su nieta Norlyn Quintanilla, de 29 quien no podía caminar.
El cuerpo de Bomberos acudió al lugar del incidente para llevar a cabo las tareas de enfriamiento y recuperación de los cuerpos de las víctimas entre los escombros.
Según los informes preliminares, las llamas consumieron la vivienda de las víctimas en la aldea mencionada y no pudieron escapar debido a sus necesidades especiales.